Discussió:Antonio Martín Escudero

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Crema de la catedral de Vic[modifica]

No quemó la catedral de Vic ni ninguna otra catedral. Decir eso es una barbaridad, una falsedad y demuestra una inconcebible ausencia de rigor histórico. el comentari anterior sense signar és fet per 88.7.44.104 (disc.contr.) 09:07, 10 oct 2015 (CEST)[respon]

Aquesta biografia de l´Antonio Martin, i la falsa atribució de la crema de la catedral de Vic, desprestigien Wikipèdia. ÉS HORA DE RECTIFICAR. Nota d´Agustín Guillamón.

La crema de la catedral de Vic no té cap referència per ara. Rotxi (disc.) 00:55, 2 ago 2017 (CEST)Rotxi[respon]
Agustín i altres lectors o editors interessants en aquest article. Això és un wiki que qualsevol persona pot editar. Si hi ha informacions falses les podeu modificar i si voleu expandir l'article amb més detalls ho podeu fer. Molt millor si afegiu referències i bibliografia. Si teniu dubtes sobre com fer alguna cosa, vegeu Viquipèdia:Ajuda#Editar o pregunteu.QuimGil (disc.) 10:09, 4 ago 2017 (CEST)[respon]
La frase diu "És conegut per les matances indiscriminades i la crema de la catedral de Vic". Des d'un punt de vista enciclopèdia aquesta frase té quatre problemes. "És conegut" és imprecís. "matances indiscriminades" és entre no neutral i fals, donat que era un context de guerra i les execucions seguien un criteri, no eren indiscriminades. Després d'una recerca casual a Internet no he trobat cap relació entre Antonio Martín i l'incendi de la Catedral de Vic, en diversos articles on aquest incendi és tractat. I la frase no està referenciada. Per tot això, penso que és millor treure-la. QuimGil (disc.) 15:27, 7 ago 2017 (CEST)[respon]

Alcalde de Puigcerdà[modifica]

(Comentari mogut aquí) Antonio Martin no va assumir funcions d´alcalde, pero sí que va ser membre del comité revolucionari de Puigcerdá a l´octubre de 1936. Morí el 27 d´abril de 1937 en una emboscada preparada per militants d´ERC i Estat Català. Nota d´Agustín Guillamón.

A "La CNT en la Revolucion Española", Peirats diu que era alcalde de Puigcerdà, al principi del capítol "XXI Los sangrientos sucesos de mayo". A la web del propi ajuntament (el primer lloc on se m'ha acudit buscar) no el mencionen com alcalde. Possiblement el que va passar és que Martín era en aquells temps de facto la figura més poderosa a la vila i la comarca, sense haver près oficialment el càrrec d'alcalde? Davant el dubte, sembla que és millor no considerar-lo alcalde, a menys que algú pugui proveir una cita esclaridora. QuimGil (disc.) 16:22, 7 ago 2017 (CEST)[respon]

Al llibre "El Regiment Pirinenc núm. 1 de Catalunya" de Jaume de Ramon i Vidal, pag. 118. L'autor, citant referències, ens diu que Antonio Martin, aprofitant la revolució social, s'havia apoderat de Puigcerdà,(on es mantenia sense poder real, l'alcalde d'ERC: Josep Clot), va crear el Consell de la Cerdanya i les seves milícies, amb les quals dugué a terme una espoliació de la comarca. Rotxi (disc.) 15:01, 8 ago 2017 (CEST)Rotxi[respon]

@Rotxi: Moltes gràcies! Penso que aquesta és una informació interessant per a l'article. QuimGil (disc.) 20:16, 9 ago 2017 (CEST)[respon]

El llibre "Nacionalistas contra anarquistas en la Cerdaña"[modifica]

Penso que cal refer tot l´article i citar el llibre "Nacionalistas contra anarquistas en la Cerdaña. Antonio Martín, la experiencia libertaria de Puigcerdá y el sagrado mito de Bellver", editat per Ediciones Descontrol en 2018. Autors Antonio Gascón i Agustín Guillamón. Per entendre la llegenda negra antillibertàia cal llegir el "Manifest drapaire de Puigcerdà", distribuït el 27 d´abril de 2018 en la presentació d´aquest llibre el 27 abril 2018 a l´Arxiu Comarcal de la Cerdanya, en l´aniverdsari 81 de l´assassinat d´Antonio Martin en una emboscada preparada per ERC i Etsat Català.

@Rotxi: Molt d'acord i m'hi sumo. Rigola (disc.) 15:24, 4 jun 2018 (CEST)

Sobre asesinatos y asesinos en la Cerdaña durante la Guerra civil[modifica]

En octubre de 1937, la Audiencia de Barcelona ordenó a todos los jueces locales que averiguasen e informasen sobre los asesinatos indiscriminados cometidos en sus demarcaciones, desde el inicio del conflicto hasta finales de septiembre de 1937. Cuando ese escrito llegó a Puigcerdá fue contestado por el juez Antonio Fernández Ros, juez de instrucción especial, que declaraba por escrito que desde el 19 de julio de 1936 a hasta el 30 de septiembre de 1937, en aquella población se habían producido, por muerte violenta, 31 inhumaciones , o sea, coincidente parcialmente con el periodo de liderazgo de Antonio Martín. La cifra se alejaba mucho de los míticos “centenares” de muertes que comúnmente se le acostumbraba a adjudicar.

Por otra parte, hoy sabemos, como se demuestra documentalmente en el libro "Nacionalistas contra anarquistas en la Cerdaña (1936-1937)", que la lista de los 21 derechistas que fueron fusilados el 9 de septiembre de 1936 en Puigcerdá había sido elaborada, discutida y aprobada en el Casal de ERC.

En esa misma fecha (9-9-1936) Antonio Martín ni siquiera estaba en Puigcerdá, sino de gira por Francia para recaudar fondos para la Revolución libertaria. Abad de Santillán recoge en uno de sus libros la declaración personal de Antonio Martín de que desde el 20 de julio de 1936 "no había desenfundado su pistola". La historia no se hace con rumores, leyendas negras o fabulaciones, sino con documentos. En nuestro libro "Nacionalistas contra anarquistas..." se reproducen 26 anexos documentales. Antonio Gascón y Agustín Guillamón

Noticia del libro: "Nacionlaistas contra anarqusitas en la Cerdaña. Antonio Martín, la experiencia libertaria de Puigcerdá y el sagrado mito de Bellver"[modifica]

Noticia del libro: Nacionalistas contra anarquistas en la Cerdaña (1936-1937), publicado por Ediciones Descontrol, 2018 (e-mail: editorial@descontrol.cat)

Los historiadores mienten. Leyenda es la narración de sucesos fabulosos que se transmite por tradición como históricos y reales. Los archivos son los lugares donde se custodian documentos, mimbres con los cuales se construye la historia como un relato fidedigno y riguroso del pasado. Antonio Martín Escudero, mal llamado “el Cojo de Málaga”, no fue un asesino en serie, ni un ladrón, como explica la Historia Sagrada de la burguesía; sino un destacado militante anarquista, que merecería ser conocido como “el durruti de la Cerdaña”. Durante nueve meses se desarrolló en la Cerdaña una profunda experiencia libertaria, que se materializó en Puigcerdá con la aplicación de medidas novedosas en cuestiones tan diversas como cooperativismo, moneda, orden público, milicias, enseñanza, cultura, obras públicas, igualdad salarial, liberación de la mujer y economía. Antonio Martín y la CNT-FAI de la Cerdaña ejercieron un disciplinado y eficaz control policiaco de la frontera, que impedía el contrabando de armas, dinero y ganado, la salida de curas y derechistas, así como la entrada de voluntarios de las Brigadas Internacionales. Ese completo dominio aduanero financiaba y facilitaba la compra de armas, destinada a las unidades confederales del frente de Aragón y a la retaguardia revolucionaria, perjudicando los intereses y las finanzas de ERC, EC y PSUC-UGT. Ese fue el motivo principal del asesinato de Martín. Se documenta la creación en Cataluña, tras el fracaso de la insurrección armada de Octubre de 1934, de un nuevo partido político y guardia cívica españolista, denominado Agrupación Ciudadana, que ejerció una dura represión contra los insurrectos nacionalistas de 1934, además del desempeño de las tareas de la administración local en las diversas localidades donde alcaldes y concejales habían sido represaliados. Así es como se produjo, tras el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936, el cambio de tornas: los catalanistas reprimidos desde octubre de 1934 y durante todo el año de 1935, pasaban a ser en 1936 los represores de los españolistas derechistas. Importante logro del libro, que por sí sólo justifica su publicación, reside en desvelar la existencia de la llamada “lista negra” de Puigcerdá; lista que seleccionó a las víctimas de la matanza del 9 de septiembre de 1936. Masacre fruto de la venganza de los reprimidos en octubre de 1934. Se documenta que la lista no fue redactada por los anarquistas, sino por los nacionalistas de ERC. Se recupera el testimonio escrito de un personaje que estuvo a punto de perecer en el puente de Bellver, minutos antes que Antonio Martín cayera en la emboscada que le tendieron para asesinarle. Ese testimonio prueba, sin lugar a dudas, que la emboscada estaba preparada de antemano. En junio de 1937 se inició, en la Cerdaña y en toda Cataluña, una brutal represión contra el POUM y los sectores revolucionarios de la CNT, que demonizaba y difamaba el carácter y naturaleza de los revolucionarios. Era la primera vez en la historia en la que se planteaba una campaña de falacias, infamias y calumnias como sustitución de la realidad social e histórica, de la que posteriormente la sagrada historiografía de la burguesía se ha hecho cómplice y heredera. Como escribía Orwell en su novela 1984: “Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado”. La historia es un combate más de la guerra de clases en curso. A la historia de la burguesía oponemos la historia revolucionaria del proletariado. A las mentiras se las derrota con la verdad; a los mitos y a la leyenda negra con los archivos.

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Antonio Gascón y Agustín Guillamón han decidido unir fuerzas, con el objetivo de acabar de una vez por todas con las leyendas y los mitos que todavía hoy, de forma interesada, siguen circulando en torno a Antonio Martín y los hechos de Bellver. Más aún cuando los archivos, tanto catalanes como foráneos, y los testimonios recogidos, desmentían la leyenda nacionalista y antilibertaria de la Cerdaña. Leyenda fomentada en diversas revistas o en diferentes webs, tanto aquí como al otro lado de la frontera, y que últimamente ha sacralizado el propio Memorial Democràtic en Bellver, con sus correspondientes paneles informativo-turísticos, al servicio de una versión sesgada, financiados con el dinero de todos los ciudadanos de Cataluña. Otra razón que nos ha movido a escribir este libro ha sido el descubrimiento de numerosos documentos que, hasta la fecha, nadie se había molestado en consultar; un material que abarca desde 1934 hasta junio de 1937. Destacan los juicios sumarísimos incoados en Puigcerdá después de la sublevación de octubre de 1934, que afectaron a muchos vecinos de la comarca, y que explican la violencia desencadenada en esa villa al inicio de la guerra civil, así como la matanza del 9 de septiembre de 1936. Otra cuestión documentada en este libro, ignorada hasta hoy por la historiografía, es la creación en Cataluña, tras los Hechos de Octubre de 1934, por orden directa del general Batet, capitán general de la cuarta región militar, de un nuevo partido político y guardia cívica españolista, denominada Agrupación Ciudadana, que sustituyó al antiguo Somatén catalanista. Esa Agrupación Ciudadana se encargó en toda Cataluña (y por lo tanto en la propia Puigcerdá) de la labor de detención, control y represión de los implicados en la sublevación de 1934, además del desempeño de las tareas de la administración local en las diversas localidades donde alcaldes y concejales habían sido represaliados. Este tema, esto es, la sustitución de las autoridades locales catalanistas por miembros de la Agrupación Ciudadana, adictos y leales al general Batet y al gobierno de Madrid, nunca ha sido tratada por la sagrada historiografía académica y universitaria. Quizás por desconocimiento, tal vez por desidia, o bien por omisión interesada y consciente. Así es como se produjo, tras el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936, el cambio de tornas, y aquella Guardia cívica o Agrupación Ciudadana (españolista) fue sustituida a su vez en el poder local por gente del somatén (catalanista) o por militantes de partidos republicanos. Los catalanistas reprimidos desde octubre de 1934 y durante todo el año de 1935, pasaban a ser en 1936 los represores de los españolistas derechistas. Al estallar la guerra, en julio de 1936, se abrieron las puertas a la persecución sin piedad de los antiguos componentes de la Guardia cívica creada por Batet, cuyos miembros en muchos casos ya habían militado anteriormente en Unión Patriótica, el partido único del dictador Primo de Rivera. Esa persecución fue llevada a cabo con saña y afán de venganza por los protagonistas de la insurrección de octubre de 1934, duramente perseguidos hasta las elecciones de febrero de 1936. Toda la documentación existente así lo señala, todas las pruebas así lo apuntan. Por tanto, no eran los anarquistas quienes ansiaban venganza en 1936, ya que estos en Puigcerdá, en octubre de 1934, apenas habían padecido dos semanas de cárcel, y por lo mismo poco o muy poco tenían que vengar, a gran diferencia de los militantes de ERC y Estat Catalá. Represión que se repitió idénticamente en otros muchos pueblos de Cataluña, y por las mismas causas, fomentada ya antes de la guerra por el propio Companys en sus discursos a su salida del Penal de Santa María, y por toda la prensa afín a ERC. Esta temática, al parecer, no ha inquietado a nadie, pese a las pruebas existentes; ni siquiera a los historiadores especializados en “represión” y recuento clasificatorio de víctimas. Quizás porque esa represión siempre es contemplada en un sentido unidireccional, y en ese caso la protagonizada por los “suyos” no cuenta, ni existe. No existe porque la Historia Falsa y Sagrada de la burguesía (sea españolista o catalanista) cree realmente que sólo existe aquello de lo que sus historiadores tratan y escriben. Y quien paga, manda. Otras facetas desconocidas son, por ejemplo, lo acaecido con los carabineros de Puigcerdá. Es un tema completamente inédito hasta hoy, que descubre y señala la impostura de muchos testimonios de la época respecto a la situación vivida en Puigcerdá durante los primeros días del inicio de la guerra. Este cuerpo de vigilancia se desmarcó de sus mandos y se situó al lado de la CNT, pero finalmente fue la causa principal, aunque indirecta, de la muerte de Martín. Entre las muchas historias revisadas y corregidas está la del famoso “Penja-robes”, que finalmente ha resultado ser, no un exacerbado y sanguinario criminal anarquista, tal como nos han vendido durante muchos años JM Solé Sabaté y otros, sino un vulgar agente infiltrado del PSUC y, para más inri, con un comprobado y documentado pasado nacionalista. Este personaje fue elevado interesadamente a una injusta gloria, gracias a la publicidad que le otorgó uno de los testimonios más serviciales: el del malogrado Francesc Viadiu, cuya patriótica labor en el libro LLeida la Roja no mereció al enemigo franquista ni una sola línea, ni a favor ni en contra, en la Causa General; evidencia de que su tarea como Delegado de Orden Público no fue tan notable y decisiva como nos la presenta. Cuestión distinta es que a su vuelta a España, en 1952, confiase que el reconocimiento de Francia y de Estados Unidos por su cometido como pasador de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, le podría servir para regresar impoluto y sin responsabilidades penales. Pero no fue así, ya que en Consejo Sumarísimo se le condenó a veinte años de reclusión, aunque sólo cumplió uno. Lo más novedoso del libro es la aparición de una serie de informes generados por la CNT, que abarcan desde la situación que se vivía en la Cerdaña a los propios incidentes de Bellver, o los asesinatos de la Serradora y la posterior represión que padecieron los anarquistas en la comarca, a manos de Estat Catalá, ERC y PSUC. Ello ha permitido reconstruir los hechos acaecidos en Puigcerdá de una forma totalmente diferente a la tradicional, y que por supuesto nada tiene que ver con la falsa versión hasta ahora mantenida gracias a documentos amañados que, sin crítica documental alguna, la historiografía académica y universitaria ha dado por buenos. Esta versión anarquista de los acontecimientos vividos en la Cerdaña ha sido corroborada por la procedente del otro lado de la frontera: la de las autoridades policiales y administrativas francesas. De este modo, se cierra y desmiente de forma definitiva el mito heroico y sagrado de la resistencia de Bellver y se aclaran los brutales asesinatos de la Serradora. Asesinatos ejecutados al más puro estilo mafioso por elementos afines al PSUC, sin descartar la complicidad de sus antiguos aliados de ERC, con quienes habían compartido responsabilidades en el Consejo Administrativo de Puigcerdá, en un intento por borrar huellas y pistas. Desmanes y crímenes que no han conseguido ninguna atención, y menos aún del medio académico y universitario, quizás por la sucia implicación de ERC y del PSUC. Tampoco ha merecido un estudio profundo y detallado de la Historia Sagrada la masiva fuga de muchos prohombres catalanistas, huidos en plena guerra civil, en muchos casos previo pago a Estat Català, ERC, o PSUC. Gracias a esto, muchos de esos próceres, patricios y/o potentados pasaron directamente al bando franquista, e ingresaron en su ejército. Su posterior trayectoria social, económica y política, encubierta siempre bajo un supuesto manto de caridad cristiana, nos permitiría comprender y explicar muchas biografías actuales, pretendidamente puras e intachables, cuando no heroicas y “patrióticas”. Ya sabemos que siempre ha existido cierta confusión e imprecisión entre patria y patrimonio. Del mismo modo, sigue pendiente un estudio de la contrarrevolución y de la represión antilibertaria que, en toda Cataluña, siguió a los sangrientos hechos de Mayo de 1937. Estudio que las universidades catalanas no han abordado, muy posiblemente a causa de la militancia ideológica neoestalinista o catalanista de la mayoría de historiadores, que les hace poco proclives a descubrir las miserias patrióticas o autoritarias de nuestra historia más reciente. Una mina informativa, no explotada suficientemente, es el importante fondo documental encontrado en el Archivo General Militar de Ávila (AGMA), que conserva un pormenorizado informe sobre lo acaecido en Puigcerdá, redactado por un militante de ERC que desempeñó el cargo de alcalde de esa población desde julio hasta octubre/noviembre de 1936. Paradójicamente, en esas memorias olvidó todo lo referente a la represión que se había desencadenado en su ciudad mientras fue alcalde. Desmemoria harto sospechosa, que sirvió convenientemente para achacar todos los crímenes de esa época a los anarquistas. Esos papeles no fueron destruidos antes de su precipitada huida a Francia, ya que cayeron en manos de las tropas franquistas y fueron depositados finalmente en el AGMA. Ahora no sólo nos permiten recuperar muchos aspectos totalmente desconocidos, sino que cambian de forma radical el relato histórico sostenido durante ochenta años. Ese alcalde, autor de un detallado informe, era Jaime Palau, miembro destacado de ERC. El inefable historiador Josep María Solé Sabaté se empeñó en calificarlo, siempre que pudo, como anarquista, cuando consta en su propio testimonio que Palau era hombre de confianza de ERC, a quien incluso se le envió en misión secreta a Francia, y después a Madrid, cumpliendo un cometido encomendado personalmente por el responsable catalán de Interior. Palau fue además partidario de la independencia de Cataluña. ¡Por fin podemos explicar lo que acaecía en la Seo antes y después del incidente de Bellver; por fin podemos narrar con cierto detalle, desconocido en la época, qué luchas intestinas sufría la propia CNT! Hemos tenido que tratar ineludiblemente el delicado tema de los asesinatos producidos en la Cerdaña en 1936-1937. Antonio Gascón y Agustín Guillamón queremos manifestar clara y rotundamente nuestra mayor consideración por todas las víctimas de la violencia, sea cual fuere su orientación política. En todo momento hemos mantenido firmemente la voluntad de reconocer su honorabilidad, sin renunciar a presentar nuestras novedosas tesis sobre tal cuestión. Creemos que la comprensión de las causas de esa violencia política no tienen por qué estar reñidas con el respeto a las víctimas y que ahí reside precisamente su mayor dignificación: encontrarles un sentido y explicación. Entre el material gráfico destacan las fotos de Antonio Martín (sólo reproducida por Ruta y Blanchon), Segundo Jodra (inédita) y Josep María Benet. Mostramos las firmas de Antonio Martín, de Joan Solé (al pie de una protesta de BRC) y de los presos por la insurrección de octubre de 1934. Agradecemos a Viena Edicions su generosa autorización para reproducir un excelente plano de la Cerdaña. Por otra parte, los 26 documentos expuestos en el anexo son una espléndida colección de joyas preciosas de los que la historiografía no podrá prescindir a partir de ahora: un regalo inolvidable y duradero. Objetivo importante del libro, que por sí sólo justifica su publicación, reside en desvelar la existencia de la llamada “lista negra” de Puigcerdá; lista que seleccionó a las víctimas de la matanza del 9 de septiembre de 1936. Demostramos que la masacre fue fruto de la venganza de los represaliados en octubre de 1934. Documentamos que la lista no fue redactada por los anarquistas, sino por los nacionalistas. Se arroja nueva luz sobre lo ocurrido en Puigcerdá tras la llegada de los carabineros, después del asesinato de Antonio Martín; se investigan los Hechos de Llívia y los de Ripoll, donde acaecieron historias muy similares a la de Bellver, cuando los pequeños propietarios locales decidieron hacer un gran negocio con el ganado vacuno, excusándose en el sindicato agrario.

Hemos recuperado el testimonio escrito de un personaje que estuvo a punto de perecer en el puente de Bellver, unos minutos antes de que Antonio Martín cayera en la emboscada tendida por unos supuestos milicianos. Ese testimonio prueba, sin lugar a dudas, que la emboscada estaba preparada de antemano.

Avisamos además que hemos desmontado cruelmente una preciosa, cándida y estimada leyenda local: la de las campanas de Bellver. Algunos historiadores o testigos han afirmado que, ante el imaginario ataque a Bellver por parte de los anarquistas de Puigcerdá, las campanas de Bellver tocaron a somatén, pidiendo auxilio a los pueblos cercanos. Demostramos que tal cosa jamás sucedió. Campanas mudas, las de Bellver. Del mismo modo, ahora, tenemos la certeza absoluta de que la única defensa que hubo en Bellver fue la de los intereses económicos de determinados propietarios muy concretos, y no la pretendida defensa de la República, de la legalidad o del nacionalismo catalán. Esas abstractas coartadas no han sido nunca más que diferentes opciones a elegir en función del gusto del historiador de turno, aunque siempre con la consideración común de que “fusilar” a placer a un confiado grupo humano (los cuatro componentes de la delegación cenetista que había sido autorizada a parlamentar con las autoridades de Bellver) fuera lo más habitual, evidente, normal, ético y “sano” del mundo... porque eran anarquistas. Y tratamos muchas cosas más, que el curioso lector irá descubriendo poco a poco. Buena, crítica, gozosa, aventurera y provechosa lectura; como entretenida, reflexiva y liberadora ha sido su escritura.

A.Gascón y A. Guillamón Barcelona, 22 noviembre 2018

Referències de referències de referències[modifica]

A vegades els historiadors empren referències de referències, en comptes d'acudir a la memòria de primera mà. A la Cerdanya s'instaurà un règim de terror, i si qui manava era l'Antonio Marin, alguna cosa hi tindria a veure. De la mateixa manera hi ha les històries orals de qui deixava o no passar la frontera per escapar a l'exili, a caprici, o havent pagat una suma. Ep, i més històries de tota classe. Si un investigador vol elevar-lo a la categoria de mite llibertari, pot intentar-ho, però això no treu que sota el seu govern morissin molts innocents, de forma violenta, i àdhuc de gana pel sistema que intentà implantar en que hom no tenia dret ni a matar els propis animals (p.e. un porc) per alimentar-se, sense permís del sanctorum llibertari. Només la solidaritat entre els veïns dels pobles permeté a algunes famílies sobreviure a la gana. Això no surt als llibres, això s'ha de preguntar als vells.

Antonio Martin era membre del Consell però PERSONALMENT no manava res i no governava res en un organisme antifeixista I COL.LECTIU en el que també hi havia gent d´ERC i del PSUC[modifica]

L´aLcalde de Puigcerdà va ser Palau, militant d´ERC. Palau com alcalde manava i governava. Seves son les responsabilitats per les morts violentes de la comarca, ftuit de la venjança catalanista contra els dretans que al 1935 els van reprimir durament pels Fets d´Octubre de 1934.

No val aixó d´acusar dels crims a l´Antpnio Martin quan wikipèdia el feia alcalde, i no acusar després a Palau, que si que ho era d´alcalde.

Eliseu Font secretari d´ERC, va aprovar la llista d´afussellats del 9 de setembre de 1936, en un moment en que Antonio Martin era a França.

Tot aixó es documentat molt rigorosament al llibre NACIONALISTAS COTRA ANARQUISTAS A LA CERDAÑA (Descontrol, 2018).

Que la generació, educada sota el franquisme amb un "cojo de Mála" com a sinònim d´home del sac,. testifiqui que era un ogre, no vol dir res: la llegenda negra antillibertària es fon com un glaçó al sol d´estiu davant la documentació existent, procedent de tres fonts diferents: la Causa General, els informes de la CNT i la gendarmeria francesa. Les referències orals no son una veritat indiscutible, perquè: han de ser sotmeses a una valoració critica que determini la seva validesa. Les llegendes no son fonts històriques. 79.152.30.211 (discussió) 13:19, 7 jul 2022 (CEST)[respon]

No s'ha de confondre la generació "educada sota el franquisme" amb la generació que ho va viure en primera persona i ha passat el testimoni del que es feia, comandat pel Cojo i subordinats seus que li feien de pistolers com el Penjarobes. 139.47.117.7 (discussió) 18:12, 25 juny 2023 (CEST)[respon]