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El 15 de septiembre el Consejo de los 100, la institución de autogobierno de Barcelona, quedó abolido cerrándose sus archivos, escribanías y arcas de depósito. El mismo día todos los Consellers de Barcelona fueron exonerados de sus cargos y fue nombrada una junta provisional de gobierno municipal formada por catalanes leales a Felipe V; no tenían autonomía municipal y su cometido se reducía al de administrar la ciudad y ser ejecutores de las disposiciones ordenadas por el capitán general de Cataluña.

Cuando en 1912 el historiador Rafael Carreras y Bulbena realizó la primera biografía sobre Rafael Casanova, sólo pudo hallar documentos que evidenciaban el ejercicio público de su actividad como abogado a partir de 1719; en virtud de esa evidencia documental propuso la teoría que supuestamente habría estado oculto hasta ese año, y que tras recibir, supuestamente, un indulto, que el historiador nunca pudo hallar, pudo retomar su actividad pública: «Sobre el año 1719 debió de recaer alguna providencia, que no hemos podido hallar, en favor de Rafael Casanova. El caso es que ese año se lo vé ejercer de abogado en Barcelona».[1] La misma teoría de un supuesto indulto de Felipe V la repetía el historiador Juan Mercader y Riba en 1973, cuando redactó la entrada dedicada a Rafael Casanova para la Enciclopedia Catalana: «El 1719, aprovechando probablemente una amnistía, reapareció en público». Por contra, los historiadores Antonio Muñoz y José Catá señalan como en las cartas que el capitán general de Cataluña enviaba a la corte de Madrid se plasma el estado de indignación y la quejas de los catalanes que habían permanecido leales a Felipe V, «causa summo escándalo â los buenos», ante la libertad que gozaban los principales caudillos de la pasada guerra: «viven con toda tranquilidad en sus casas»,[2] o «el que se dexe passear y comerciar con la libertad que hoy tienen».[3]

Efectivamente, en pos de la capitulación de Barcelona los principales caudillos de la pasada guerra vivían en «su casa como antes, sin que por lo pasado se le haga ningún proceso de lo que ha hecho contra el rey». Tal como señala su biógrafo Carles Serret y Bernús, la teoría de una supuesta huída de Barcelona, escondite en San Baudilio de Llobregat, y amnistía de Felipe V en 1719, no tiene el menor fundamento histórico ni niguna base documental.[4] En 1715 su nombre figura en la lista de los "Sujetos que más se demostraron en las conmociones de Cataluña a favor del Archiduque",[5] en virtud de la cual su bienes fueron embargados. Así mismo figura en libro de registro de los juristas de la Real Audiencia de Cataluña, y en mayo de ese mismo año ya ejercía de abogado en Barcelona, para «summo escándalo â los buenos».[6] Ejerció de abogado en Barcelona hasta 1737, año en qué se retiró. Murió seis años más tarde en San Baudilio de Llobregat, el 2 de mayo de 1743, siendo enterrado en la iglesia parroquial de la localidad al día siguiente.[7] El que fuera su segundo, el Conseller Segon Salvador Feliu de la Peña, retomó sus negocios mercantiles en Vilassar de Mar en 1718. Finalmente, en 1725 y mediante el Tratado de Viena que daba por finalizado el conflicto sucesorio entre Felipe V y el Archiduque Carlos de Austria, eran liberados los oficiales del Ejército de Cataluña presos en 1714.

  1. Carreras y Bulbena, Josep Rafael; Villarroel, Casanova i Dalmau. Defensors heroics de Barcelona en el setge de 1713-1714p. 73
  2. Muñoz & Catá; Repressió borbònica i resistència catalana; p. 83
  3. Muñoz & Catá; Repressió borbònica i resistència catalana; p. 85
  4. Serret y Bernús (1996: 115-119)
  5. Serret y Bernús (1996: 119)
  6. Muñoz & Catá; Repressió borbònica i resistència catalana; p. 85
  7. Serret y Bernús (1996: 126).