Usuari Discussió:Ramon ramonet riu
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--Carles (enraonem) 14:01, 22 abr 2015 (CEST)
LA CARA HUMANA DE MONTSERRAT EN FOTO DE SATELITE
[modifica]La cara human de la de Montserrat en foto de satélite
En Montserrat el rostro descubierto ampliando una foto de la NASA, tiene tanta perfección que supera en mucho a una simple pareidolia, por lo cual debe ser asociado al Dios “bueno”. Los rituales que se remontan al Antiguo Egipto informan de que, al ser resucitado, el dios Osiris pidió a su hijo Horus que lo vengase venciendo al usurpador Seth. Horus así lo hizo, pero después Seth fue insólitamente liberado por la diosa Isis, debido a lo cual Horus se arrancó la corona de su realeza y en lugar de ella se puso sobre la cabeza un yelmo con cornamenta, o sea, en forma de cabeza de toro. Estos atributos los han lucido en todas partes del mundo y siempre, con la intención de sentirse conectados con la divinidad que residiría en la inmensidad de los cielos.
Gracias a mi descubrimiento de una escultura natural con silueta de un toro desafiante e inmenso, separada del resto de la sierra de Montserrat, en la vertiente norte de la montaña, ya me atrevo a dogmatizar que la cultura auriñaciense, de la prehistoria de Francia, no fue el origen de místico culto al toro en Egipto, tal como algunos eruditos sospechaban. Nada puede ser más antiguo que la enorme mole del toro de Montserrat, que cuenta incluso con un proporcionado pedestal. Desde allí irradió su poder y renombre en todas direcciones, llegando a Egipto por los países mediterráneos del Norte de África, tal como siempre se creyó. Fue después, que a orillas del Nilo se desarrolló el místico culto de Osiris y el del toro, cuyos cuernos por cierto, insólitamente incluso son atributos imprescindibles en la cabeza la diosa Isis. Fueron ideas que los antiguos egipcios importaron, y en agradecido recuerdo del país noroccidental, a los difuntos se les llamó “occidentales”.
El totemismo, que acreditó una relación de sangre con los animales, es una creencia tan ancestral que se detectó en todas partes del mundo, y cuanto más ancestral se aparece más cruel, pero sin duda fue en el Antiguo Egipto donde el totemismo fue regulado como institución oficial. Son los llamados Misterios, donde superando el carácter totémico, desarrollaron lo alegórico buscando la verdadera luz. Su magia fue en realidad un gran deseo de conocimientos. Una vez aceptado por el dios Ra, el neófito emprendía simbólicamente la navegación por el mundo subterráneo en la llamada “Barca del Sol” porque en ella gozaba de la visión de su refulgente gloria.
Lo básico para conseguir transmutar deseos en realidades mediante la magia siguen siendo el propósito y la intencionalidad. También es imprescindible un símbolo adecuado, ya que puede abrir la inteligencia a las cosas divinas. Mediante una alegoría escenificada, en la Grecia clásico los iniciados ocultaban conocimientos referentes a la semilla y el grano. Son remotas creencias desarrolladas imaginando la vida y muerte de Osiris, rey del Mundo Subterráneo. Y todo ello procurando aportar una visión esperanzadora de la vida tras la muerte.
El llamado “TERCER OJO” de los hinduistas también está en el centro de la frente del Rostro de Montserrat, lo cual es mucho más misterioso todavía. Las enseñanzas herméticas, de las cuales la que comento es su máxima expresión, siempre han querido remitir a lo insustancial del universo, procurando distinguir lo espiritual de la materia que nos tiene prisioneros. En el enorme rostro de 10x5 km. que la foto de satélite me descubrió de la montaña de Montserrat, se puede discernir un mismo efecto espiritual. La señal en su frente se corresponde siempre a un punto de nuestra mente, cuyo sector se activa cuando recordamos tiempos pasados. Es un sector muy importante para la conducta humana dentro del cerebro. Por cierto, en varias personas muy enfadadas, según los motivos que tuvieron, aquel concreto punto de la frente lo he visto hundirse medio centímetro, mientras que, en cambio, en otras personas el mismo punto de la frente lo vi sobresalir del tamaño de un guisante. En ambos caso duró tan sólo un par de segundos. En la santa montaña de Cataluña, está claro que hay que integrarse en la imagen de satélite descubierta para poder enriquecernos de su espíritu. Es por tal motivo que invito a todo el mundo a colaborar en su difusión.
A pesar de las websites en que aparecen, lamentablemente para todos, el patronato de la Sagrada Familia aún no se dan por enterados. Le sucede como a mi, al presentar la cara humana de Montserrat, una vez ampliada la foto de satélite de la NASA. Ni el patronato que administra aquel espacio natural protegido, ni los monjes de Santa María de Montserrat, ni el Departament de Cultura de la Generalitat Catalana (que no me compraron ni un solo libro de los autoeditados), ni, en fin, los políticos a los que se la envié, en ningún caso jamás se dieron por enterados. Ahora que ya estamos en el año 2013 lo he podido comprender, porque ha salido a la luz que todos han estado siempre absortos por otras prioridades. ¡Lástima!.
Vendrán mejores tiempos para la Cara de Montserrat y, en consecuencia, para toda la Humanidad. Desde hace siglos la Santa Biblia nos avisa de que: “para cada cosa hay un tiempo” (“Eclesiastés”). Si observamos los desniveles del espacio lo entendemos mejor, porque las montañas los hacen alterar diferenciándolos al máximo. Así pues, no será lo mismo sembrar en un vertedero que en una tierra que sea fértil. Pues bien, el tiempo a veces transcurre lentamente y en otras es fugaz; y lo curioso es que en ambos casos es independiente de las agujas del reloj. Esta idea me la inspira el rostro de la Sagrada Familia, porque encontrándose en la fachada de levante, obligará siempre a esperar la noche para llegar a descubrirlo ¿Habrá aún más sorpresas ocultas por Antoni Gaudí tras la decoración de muy imponente templo expiatorio?
Para aquellos que no acaben de creer en la intencionalidad de la escultura más fenoménica de Gaudí, debo recordarles que no hay que esforzarse mucho para descubrir que tras las chimeneas de la Casa Milà (La Pedrera), en el Paseo de Gracia de Barcelona, se quiso representar unas cabezas cubiertas con gorros de guerreros futuristas. Por mi parte he de descubrir otro perfil que Antonio Gaudí pudo haber conocido, y quien sabe si hizo resaltar al máximo de las piedras que lo configuran en el “Parque Güell” de Barcelona. Lo incluyo en el ángulo superior derecho de la siguiente fotografía. Aunque lo presenté con todo lujo de detalles hace décadas al departamento responsable del mantenimiento de aquel parque (que visitan anualmente varios millones de extranjeros), tampoco se dieron por enterados. Insensibles, siguen dejando que la vegetación lo cubra por completo. Pasa lo que ya escribí más arriba: Tienen otras prioridades. © Ramón Ramonet Riu